Hoy se ha celebrado en Madrid el Oracle Cloud Applications Day, probablemente el evento del año en España para la filial que lidera Leopoldo Boado. Con más de 600 asistentes confirmados -lógicamente y por el bien de los que sí fuimos, finalmente acudieron algunos menos-, el auditorio estaba abarrotado, lo que evidencia una vez más que el interés por la nube es creciente… imparable, diría más bien.
Sin embargo, tan grande como es ese interés son las dudas, inquietudes y cautelas que hay alrededor de este paradigma, al que de una vez por todas tenemos que dejar de calificar como nuevo. Ni siquiera los propios fabricantes ayudan a despejar la confusión. Si durante el acto en Madrid Fernando Rumbero, responsable del área de Aplicaciones para Oracle Iberia, describía al cloud como “una revolución que, incluso, escapa a nuestra propia decisión”, su vicepresidente de Sistemas de Ingeniería en la matriz, Joe Rayman, no las tenía todas consigo.
Rayman venía a decir que en el sector financiero, siempre uno de los punteros tecnológicamente hablando, los CIO no se creen aún que el cloud computing sea el modo más barato de gestionar, almacenar y compartir datos. ¿Por qué lo están adoptando? Es un puro acto de fe, confian en que en un futuro no muy lejano sí que lo sea, sí que aporte la flexibilidad y agilidad suficientes (sin renunciar a la seguridad) para traducirlo en rebaja de costes y mejora de la operativa.
“Los CIO no se creen aún que el cloud sea el modo más barato de gestionar, almacenar y compartir datos“, Joe Rayman
Y un acto de fe, por otro lado, del que aun sin llegar a acometer grandes implantaciones algunos ya sacan tajada, como es el caso de consultoras como Accenture, a cuyo Managing Director, Joaquín Bas, no le tembló la voz al advertir al nutrido auditorio que “ya es el momento del cloud”. Lógico, pensará más de uno, en ello se va a encontrar buena parte de la cuenta de resultados de muchos ‘fabricantes nublados’.
Este último punto, el del negocio del cloud es otro punto interesante, pues nadie sabe a ciencia cierta lo que la nube representa para los fabricantes. Ni siquiera el propio Rumbero pudo responder a la pregunta durante la rueda de prensa en el ecuador del acto, justificándolo en que “incluye muchas cosas” y, precisamente por eso, “no cuenta con su propia categoría en los informes financieros”. Y uno se pregunta ingenuo, si el negocio cloud está creciendo tan exponencialmente como buena parte de la industria asegura, ¿no tendría sentido desglosarlo en lugar de dejar que siga atravesando toda la oferta de soluciones, generando así aún más confusión? Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.
A vueltas con la seguridad
Por otro lado, siempre que hablamos de la nube, toca hablar de seguridad… y en el caso de Oracle también. De hecho, a principios de año unos expertos polacos –Security Explorations– descubrieron una serie de vulnerabilidades en Oracle Java Cloud Service y, hasta la fecha, si bien han recibido confirmación de Oracle no se ha producido ninguna resolución a la incidencia. Durante el evento en Madrid tuve ocasión de preguntar por el asunto pero en vano, del mismo modo que tras escalar la cuestión a instancias técnicas.
Las vulnerabilidades no eran algo baladí, puesto que Oracle Java Cloud Service es lo que permite correr aplicaciones Java en clusters WebLogic y, por lo tanto, la brecha permitiría que una empresa pudiera acceder a las aplicaciones de un tercero si corren en el mismo datacenter. ¿Cómo se van a despejar las dudas en materia de seguridad si de vez en cuando nos topamos con episodios como éste?
Asimismo, y este tema es digno de tratarse en otra entrada, ¿alguien se ha preguntado el impacto que la adopción de la nube podría tener en el tejido empresarial español? Sobre todo en las organizaciones de un tamaño medio-grande, en las que los departamentos de informática han cobrado mayor peso con los años. ¿Hasta que punto se frenan proyectos por las consecuencias que pueden tener en los departamentos de sistemas? Otro día lo abordamos en profundidad.